

Siempre lo hemos dicho, tus emociones se reflejan en la piel, no hay forma de ocultarlo, y en el caso del amor esto no es la excepción, tu piel lo grita a los cuatro vientos.
Sentir amor eleva los niveles de dopamina, serotonina y oxitocina, hormonas que nos hacen tener una sensación de felicidad, además de que dan pie a diferentes funciones que favorecen a todo el cuerpo y por supuesto a la apariencia de la piel.

El placer siempre nos hará sentir bien, y una vez que la dopamina se activa no hay manera de no sentir esa sensación de bienestar concentrada generalmente en un área en específico, a lo que llamamos “mariposas en el estómago”.
Esta hormona al provocar que el corazón se acelere mejora la circulación sanguínea, favoreciendo el tono de la piel y ofreciendo un aspecto radiante.
La serotonina a su vez produce una gran cantidad de antioxidantes que como sabemos, retardan la aparición de arrugas y protegen la piel de presentar oxidación.


la atracción e incluso en la sexualidad.
Si esta hormona se activa al momento de que “alguien nos gusta”, y eleva sus niveles, produce sensaciones de calma y relajación por lo que termina con el estrés y disminuye los niveles de cortisol, causantes de células inflamadas que en muchas ocasiones se traduce en disminución de colágeno y ácido hialurónico, moléculas esenciales para una piel luminosa. Por eso, el enamoramiento hace que esta hormona favorezca la apariencia de la piel, devolviendo firmeza, hidratación e iluminación.
Vive el amor al máximo y protege las células de tu piel con una cápsula diaria de Eternal, para que siempre luzcas radiante.